martes, 12 de febrero de 2008

La Brisa

(Autor: Amado Torres De Saavedra)

Leve suspiro
que en la inmensidad me lleva,
lejos, elevado
hacia la fuente única de mi vida.
Bandada de inquietos
y vivaces sentimientos,
que pulula por doquier
del vasto y extenso manto vegetal,
como buscando en cada tallo
en cada madreselva enmarañada,
el secreto fresco y húmedo
de mi felicidad olvidada
en los tiempos pretéritos
que ahora simplemente callo.

La Playa

(Autor: Amado Torres De Saavedra)

No lo ves?
Camino descalzo por la arena de mi vida
el frío del mar, escondido tras cada grano
me debilita a cada paso que doy.
Mis piernas tiemblan
e invitan al resto de mí a temblar.
Avanzo hacia ti desnudo,
no sé cuánto falta aún
me detengo a llorar
impaciente, mudo
pero el viento del Mar
me empuja implacable
indolente y sin cejar.
Ya no me siento,
mi piel cae a pedazos
con cada gélido suspiro
de este solitario lugar.
Miro a la distancia
entre arena y mar
y aún no veo tus trazos,
cuántos más, cuantos pasos,
no puedo dejar de temblar.
Ya deberías estar aquí
mi fin, mi destino
aún recorro sin tí.
con ojos poco sabios
este horrendo y desolado camino.
Por qué tanto mal,
por qué atormentas mis labios,
creo ya que mi final
no está en ti ni en amar,
al fin y al cabo mis pasos
son de agua y sal.
Seguiré caminando hacia ti
pero cada vez más cerca del mar.

viernes, 5 de enero de 2007

LA CASCADA

Caída de sublimes contornos
fuente de lascivos e incontrolables deseos;
derramas sobre mí la carga impura
de tus aguas agitadas.

Mientras me dejo acariciar suavemente,
pienso en que no me perteneces,
eres de otro, quizás de miles
¿cuántos han pasado por tus fríos brazos?

La agitación que te envuelve antes de entregarte
abierta y desenfrenada al abismo profundo de tu pecado,
enturbia tus aguas de obscuro fango
cargado de sedimentos y podredumbre animal.

Mi entrega es absoluta, mi alma se sofoca
y tus gélidas manos enfrían mi corazón.
La carne y los huesos se separan en dolorosa agonía
y mi alma sin vida, piérdese sumergida
en la cuenca impía del éxtasis infernal.

LA CAVERNA

Húmedo y sombrío espacio de cuerpo desnudo
gélidos mis versos rebotan
en la dureza de tus senos mojados.
Espacio infinito que mis palabras temen al cruzar
ellas vuelven sin vida, desde la oscuridad de tu alma.
Disgregadas, son fiel reflejo de un espíritu destrozado
en millares de insignificantes sedimentos
que poco a poco se desvanecen
entregándose al eterno olvido
del vacío sideral que provocas
en la oscuridad de tus cuencas.
Vacío que llena tu cuerpo
que a mis ojos y sólo a ellos se muestra
colmándolos de líquida y cristalina fragilidad
que desborda en mustia pasión
corriendo como perdido arroyuelo
sobre la agreste llanura de mi faz.