viernes, 5 de enero de 2007

LA CASCADA

Caída de sublimes contornos
fuente de lascivos e incontrolables deseos;
derramas sobre mí la carga impura
de tus aguas agitadas.

Mientras me dejo acariciar suavemente,
pienso en que no me perteneces,
eres de otro, quizás de miles
¿cuántos han pasado por tus fríos brazos?

La agitación que te envuelve antes de entregarte
abierta y desenfrenada al abismo profundo de tu pecado,
enturbia tus aguas de obscuro fango
cargado de sedimentos y podredumbre animal.

Mi entrega es absoluta, mi alma se sofoca
y tus gélidas manos enfrían mi corazón.
La carne y los huesos se separan en dolorosa agonía
y mi alma sin vida, piérdese sumergida
en la cuenca impía del éxtasis infernal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me encanta como le das caracteríasticas humanas a elementos de la naturaleza...continúa escribiendo...tus palabras son placer a mis ojos.SADE.